Una de las respuestas más comunes que escuchamos cuando invitamos a las personas a que asistan a un discipulado, un encuentro matrimonial, una actividad evangelística o una reunión de oración o consejería es: “No tengo tiempo”

Con esta lapidaria frase, no solo se marginan de los múltiples beneficios que obtenemos al congregarnos regularmente, sino que también, dejan en evidencia una vida desequilibrada y peligrosamente descontrolada. 

Les invito a meditar en esta mañana en un estupendo comentario que uno de mis consejeros cristianos favoritos, June Hunt, ofrece acerca de Efesios 5:15-17

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.

(Efesios 5:15–17)

¿CÓMO SER UN MAYORDOMO SABIO DEL TIEMPO?

El pasaje de Efesios nos ofrece 5 consejos eficaces acerca de administrar bien el tiempo:

I. “Mirad, pues con diligencia cómo andéis…

• El administrador sabio—

—vive consciente de la importancia del tiempo

—es cauteloso, vigilante y permanece en guardia para proteger su tiempo

—es consciente de su responsabilidad

II. “No como necios, sino como sabios…

• El administrador sabio—

—depende de Dios para ser sabio

—discierne la voluntad de Dios

—es sensible y equilibrado

• El administrador sabio —

—entrega al Señor cada día de su vida

—acepta que Dios cambie los sucesos de su vida

—busca oportunidades para ser usado por Dios

III. “Porque los días son malos…

• El administrador sabio sabe que habrá tentaciones para malgastar su tiempo—

—del mundo exterior

—de su propio ser interior

—de Satanás, el adversario

IV. “Por tanto, no seáis insensatos…,

• El administrador sabio —

—aprende de sus errores del pasado por el mal uso de su tiempo

—se apoya en la fuerza interna que el Señor le da para sobreponerse a las tentaciones

—sabe discernir entre lo bueno y lo mejor

V. Sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor…”

• El administrador sabio —

—invierte tiempo en una comunión íntima con el Señor

—escucha al Espíritu Santo para que le dé dirección y guía

—sabe cuáles son sus dones y habilidades y los usa para la obra de Dios

Organiza nuevamente tu agenda, enfocándote en  los propósitos de Dios y sus prioridades para tu vida. Y todas las demás cosas serán añadidas. 

Comparte estos consejos, seguro que pueden bendecir a alguien más.

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